El cambio climático ha traído consigo diferentes retos para el sector empresarial, quienes están buscando incorporar sistemas que les permita hacer frente a este desafío incluyendo al consumidor para que contribuya en los procesos de producción. En esta línea, muchas han optado por implementar la economía circular.
En la actualidad, los consumidores muestran una mayor conciencia al realizar compras. En el pasado, se caracterizaba a los consumidores como pasivos, comprando sin reflexionar demasiado. Hoy en día, los consumidores se informan sobre las marcas que respaldan y evalúan la gestión que estas llevan a cabo en sus procesos de producción. El poder del consumidor es significativo, por lo que sería beneficioso que las empresas implementen iniciativas que involucren más a los consumidores en dichos procesos.
En el contexto de la economía circular, el papel del consumidor adquiere una relevancia crucial. Los consumidores desempeñan un papel activo al optar por productos duraderos, reciclables y de origen sostenible. Al tomar decisiones informadas, contribuyen a cerrar el ciclo de vida de los productos, fomentando la reutilización y el reciclaje.
En lugar de seguir un modelo lineal de “usar y desechar”, los consumidores en una economía circular se convierten en agentes de cambio al priorizar la compra de productos que minimizan el desperdicio y promueven la eficiencia en la gestión de recursos. La conciencia del consumidor sobre la procedencia de los productos, su longevidad y sus posibilidades de reciclaje se convierte en un impulsor esencial para la transición hacia un sistema económico más sostenible.
Además, los consumidores pueden participar activamente en prácticas como la reparación y el intercambio, extendiendo la vida útil de los productos y reduciendo la demanda de nuevos recursos. Al adoptar un enfoque consciente y responsable hacia el consumo, los individuos se convierten en protagonistas en la construcción de una economía circular, donde la regeneración y la reutilización son prioridades fundamentales.
En una economía circular, el consumidor desempeña un papel esencial al cambiar su mentalidad y comportamiento de compra. Aquí un gran ejemplo de cómo se puede incorporar estos sistemas desde el sector empresarial:
Postobón una empresa líder en el sector de bebidas en Colombia, opera con una notable presencia en el 90% del territorio nacional, contando con 71 centros de trabajo, que incluyen 19 plantas y 52 centros de distribución. Contribuyen activamente a la transición hacia una economía circular, generando un impacto positivo en la sociedad y abordando el desafío del cambio climático. El enfoque de está empresa se centra en la promoción del ecodiseño de envases y empaques, el fortalecimiento de la cadena de aprovechamiento y la difusión educativa sobre los principios de la economía circular.
Guiados por criterios fundamentales de innovación, inclusión social y participación ciudadana, buscando no solo implementar prácticas sostenibles, sino también fomentar un cambio de mentalidad en la sociedad. Entendiendo la importancia de la colaboración activa y la sensibilización para construir un futuro más sostenible, donde los principios de la economía circular se complementan de manera integral en su forma de operar y en la conciencia de la comunidad en general.
A través del programa FARO de Postobón (Fortalecimiento a Asociaciones de Recicladores de Oficio), se brinda un respaldo completo a los recicladores de oficio, reconociendo y fomentando sus habilidades como una valiosa fuente de oportunidades sociales, ambientales y económicas. Este apoyo se dirige a consolidar la economía circular en Colombia.
Este enfoque holístico hacia la sostenibilidad refleja el compromiso de Postobón no solo con la eficiencia operativa, sino también con la responsabilidad ambiental y social. Al integrar estos criterios en su toma de decisiones, la empresa busca no solo alcanzar el éxito empresarial, sino hacerlo de una manera que sea ética, transparente y beneficiosa para la comunidad y el medio ambiente.
En resumen, el consumidor en una economía circular se convierte en un agente de cambio al adoptar un enfoque consciente y responsable hacia el consumo, contribuyendo activamente a la creación de un sistema económico más sostenible y centrado en la regeneración de recursos.
Para CECODES es fundamental brindar acompañamiento a nuestras empresas asociadas en el compromiso de implementar nuevos sistemas en sus procesos de producción para contribuir al desarrollo sostenible. Por está razón, se proporcionan cursos con herramientas de diagnóstico no solo en Economía Circular, también en Huella de Carbono, Fundamentos de la Sostenibilidad, Negocios con Impacto, Asuntos ESG y transparencia empresarial, entre otros.