La esclavitud infantil es entendida como la explotación de niños, niñas y adolescentes, sometiéndolos a prácticas en beneficio de terceros.
Por su parte, el ICBF define la esclavitud infantil o la explotación laboral infantil como el “acto en el que niñas y niños son utilizados en varios tipos de trabajos, entre ellos los que atentan contra su integridad”, son dinámicas sociales dañinas que afectan a una población de especial protección, en beneficio de terceros que se aprovechan de los menores.
El octavo Objetivo para el Desarrollo Sostenible aborda el trabajo decente y crecimiento económico, el cual pretende impulsar el crecimiento económico de manera inclusiva y sostenible; para el logro de este objetivo es necesario que se fomenten prácticas de abolición de esclavitud moderna, donde las mujeres y los niños son especialmente vulnerables; en el mismo sentido, la meta 8.7 promueve,
“(la adopción de) medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, de aquí a 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas”
Esta meta hace alusión a la necesidad de plantear estrategias en donde se logren las garantías de los derechos de los niños y la abolición de toda practica asociada a la esclavitud de los menores, este debe ser un esfuerzo de la comunidad internacional, del sector público, pero también del sector privado, donde las empresas aporten a través de prácticas de protección de los derechos humanos en sus operaciones y en sus cadenas de valor.
El rol de las empresas está encaminada a adoptar prácticas de prevención y verificación, para aportar en la construcción de contexto con condiciones donde los niños no estén vulnerables a dinámicas de esclavitud, desde Naciones Unidas hacen un llamado a la protección de los derechos de los niños a través de la generación de garantías por medio de educación de calidad, trabajo decente y empoderamiento económico para los miembros de sus familias, prácticas a la las empresas se pueden comprometer.
La adopción de medidas que garanticen que las empresas no estén vinculadas a esclavitud infantil no solo tiene repercusiones en la reputación de la organizaciones, en tanto la sociedad condena aquellas prácticas de abuso y vulneración de derechos de los menores, además existen consecuencias legales, ejemplo de lo anterior son los procesos judiciales en los que las empresas se ven involucradas por tener en su cadena de valor prácticas de esclavitud infantil; tal es el caso de empresas que se proveen de cobalto proveniente de minas del sur de la República Democrática del Congo, caracterizadas por ejercer trabajo infantil y trabajo forzoso.
La esclavitud infantil es un fenómeno que necesita de un compromiso común para poder abordarse de manera urgente y con eficiencia, por eso, desde CECODES brindamos un acompañamiento a las empresas en el fortalecimiento de estrategias y procesos basados en derechos humanos, tanto en las operaciones directas de la empresa como en la cadena de valor, de tal forma que se logren garantías de respeto a los derechos de los niños en las operaciones de las empresas y sus cadenas de valor, el objetivo es construir de manera conjunta una mejor sociedad para las futuras generaciones.
Información tomada de : ICBF-OIT- Naciones Unidas- BBC- News Mundo