Colombia se enfrenta a un cambio significativo con la implementación de la Ley de Prohibición de Plásticos de un Solo Uso. Pero, ¿qué significa esto para las empresas de todos los sectores?
La aprobación de la Ley 2232 de 2022 en Colombia ha marcado un hito significativo en el panorama empresarial del país, al establecer medidas encaminadas a la reducción gradual de la producción y consumo de ciertos productos plásticos de un solo uso. Esta legislación, orientada a resguardar los derechos fundamentales a la vida, la salud y el goce de un ambiente sano, generará un impacto en las empresas impulsándolas hacia la reinvención para la adopción de prácticas más sostenibles y responsables.
La ley establece una sustitución gradual de productos plásticos, por productos biodegradables con plazos que varían entre dos y ocho años desde su promulgación en 2022. El primer plazo, que comenzó a regir desde el 7 de julio de 2024, afectará a productos como bolsas plásticas, bolsas de revista, bolsas de lavandería, rollos de bolsas de mercado de plaza, y utensilios como pitillos,mezcladores, copitos o hisopos y palitos de bombas para fiestas y celebraciones. Aquellas empresas que no cumplan podrían enfrentar multas que oscilan entre 100 y 50,000 salarios mínimos legales vigentes (SMMLV).
Esta medida viene impulsada por la preocupación frente a la contaminación ambiental y la aceleración del cambio climático a nivel global. Según cifras de Greenpeace, el consumo anual de plástico en el país asciende a 1,2 millones de toneladas, con un promedio de 24 kilogramos de plástico desperdiciados por persona. Además, 74% de estos plásticos terminan en vertederos de basura, afectando ecosistemas como manglares, ríos y mares.
Según el Índice de Producción Industrial, el sector sigue siendo un importante generador de más de 250.000 empleos directos. Además, las ventas anuales del sector contribuyen significativamente a la economía con un estimado de $31 billones, respaldado por inversiones que alcanzan los US$96,6 millones.
Una de las principales implicaciones de la Ley 2232 para las empresas en Colombia es la necesidad de ajustar sus operaciones y procesos productivos a las metas ambientales establecidas en la ley. En este sentido, se promueve la adopción de alternativas sostenibles a través de incentivos económicos, que incluyen la financiación de investigación, desarrollo tecnológico e innovación en sistemas que estimulen la reducción del consumo de plásticos de un solo uso. Esto implica un cambio de paradigma en la forma en que las empresas diseñan, producen y distribuyen sus productos, fomentando la implementación de prácticas más sostenibles y responsables con el medio ambiente.
Los plásticos de un solo uso, que son utilizados para pedir, comprar o empacar productos, son un fuerte contaminante ya que su degradación puede tardar 150 años. La Ley 2232 también impulsa la transición hacia una economía circular, en la que los productos plásticos de un solo uso sean sustituidos por alternativas más sostenibles y se promueva el cierre de ciclos a través de la responsabilidad extendida del productor (REP). En este contexto, las empresas se ven desafiadas a repensar sus modelos de negocio, incorporando prácticas de diseño ecoeficiente, gestión de residuos y reciclaje, con el objetivo de reducir su impacto ambiental y contribuir a la conservación de los recursos naturales.
Participación en el Pacto por la Disminución y Sustitución de Plásticos
La Ley 2232 establece la creación del Pacto por la Disminución y Sustitución de Plásticos y elementos de un solo uso, en el cual las empresas colombianas deben participar activamente. Este pacto, liderado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, busca involucrar a la industria, los gremios, la academia y otras entidades gubernamentales en la promoción de prácticas sostenibles en la introducción, comercialización y distribución de productos plásticos. A través de este pacto, las empresas tienen la oportunidad de colaborar en la construcción de un futuro más sostenible y responsable.
Estímulo a la Innovación y Competitividad
La Ley 2232 también busca fomentar la innovación en los productores de envases de PET y otros materiales plásticos, así como velar por la competitividad de los sectores productivos involucrados en el cumplimiento de la ley. Se promueve la evaluación de la capacidad instalada para la transformación de resina PET reciclada y otras resinas recicladas nacionales, con el objetivo de garantizar la disponibilidad de materiales reciclados en el mercado y promover la economía circular.
Adaptación y Futuro
Para muchas empresas, la adaptación a estas nuevas normativas representa un desafío considerable, pero también una oportunidad para innovar y mejorar sus prácticas empresariales en consonancia con estándares internacionales de sostenibilidad. El Gobierno, por su parte, está llamado a equilibrar las necesidades de protección ambiental con las preocupaciones económicas y laborales del sector industrial.
La Ley 2232 de 2022 representa un paso importante hacia la sostenibilidad ambiental y la responsabilidad corporativa en Colombia, aunque las empresas del país se enfrentan al desafío de adaptarse a un nuevo marco normativo que promueve la reducción del consumo de plásticos de un solo uso y la adopción de prácticas más sostenibles. A través de la innovación, la colaboración y el compromiso con el medio ambiente, las empresas colombianas pueden contribuir de manera significativa a la construcción de un futuro más sostenible y respetuoso con nuestro entorno.
Sin embargo la colaboración entre el sector privado, el gobierno y la sociedad civil será clave para garantizar una transición efectiva y justa hacia un uso más responsable de los recursos plásticos en el país. Esta nueva normativa no solo busca mitigar los impactos ambientales negativos del plástico, sino también promover una economía circular que beneficie a todos los colombianos a largo plazo.
Por esto, desde CECODES acompañamos a las empresas en Colombia en este camino, para aumentar su ambición en economía circular pensada de manera transversal en todas las áreas de los negocios. Desde nuestra herramienta de diagnóstico en economía circular, la adaptación de los Indicadores de Transición Circular (CTI) de nuestra casa matriz, el World Business Council for Sustainable Development, hasta cursos y talleres de innovación sostenible y el acompañamiento en cómo comunicar estas temáticas, podemos liderar los cambios necesarios del sector empresarial colombiano hacia una economía donde predomine el cierre de ciclos, la desmaterialización y las estrategias innovadoras en este sentido.