Luego de un cierre abierto en Cali, Colombia, la FAO acoge la reanudación de la COP16 en Roma, donde los países discutirán soluciones para integrar la biodiversidad en los sistemas agroalimentarios.
Con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria y mitigar la crisis climática. El evento destaca la necesidad urgente de movilizar 200.000 millones de dólares anuales para implementar el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal. La reanudación de la 16ª Conferencia de las Partes (COP16) sobre la Diversidad Biológica en Roma, Italia, marca un punto crucial para el futuro de la biodiversidad, la agricultura y la seguridad alimentaria.
En un contexto de creciente crisis ambiental y climática, más de 150 países se han reunido para avanzar en un acuerdo financiero que permita movilizar 200.000 millones de dólares anuales hasta 2030. Esta cifra es esencial para implementar el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal (KMGBF) y garantizar que los sistemas agroalimentarios jueguen un papel fundamental en la conservación de la biodiversidad y el logro de la seguridad alimentaria a nivel global.
La COP16, que se inició en Cali, Colombia, y que ahora se reanuda en la sede de la FAO en Roma, ha sido un espacio crucial para la toma de decisiones sobre el futuro de la biodiversidad mundial. En este contexto, el evento ha sido precedido por un evento de alto nivel organizado por la FAO, la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) y el Gobierno de Colombia. Durante este encuentro, se discutieron formas de integrar la biodiversidad de manera sostenible en los sistemas agroalimentarios, fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria en el futuro y mitigar los efectos del cambio climático.
En paralelo a estas negociaciones y durante el marco de la COP16, se desarrolló el evento “Innovación empresarial para la biodiversidad” organizado por CECODES, el WBCSD y la Red Global, donde se planteó una guía empresarial centrada en la biodiversidad, inspirando a través del ejemplo con el documento “Cambiando el Rumbo 2024”, que destaca casos de éxito empresarial en este ámbito.
Kaveh Zahedi, Director de la Oficina de Cambio Climático, Biodiversidad y Medioambiente de la FAO, destacó que la implementación de un modelo agroalimentario que respete y potencie la biodiversidad es fundamental para que los países puedan cumplir con los objetivos del KMGBF. Este modelo no solo fortalecerá la resiliencia de los ecosistemas, sino que también contribuirá significativamente a la seguridad alimentaria, un aspecto clave para los próximos años, ya que la población mundial sigue creciendo y la capacidad de los ecosistemas naturales se ve cada vez más amenazada.
Uno de los puntos clave de la discusión es la necesidad de movilizar recursos financieros para poder llevar a cabo la implementación efectiva del KM GBF. Durante el evento se ha destacado que se requieren al menos 200.000 millones de dólares anuales hasta 2030 para financiar las iniciativas propuestas en este marco. Sin embargo, la financiación no solo debe centrarse en la protección de la biodiversidad, sino también en la reducción de incentivos perjudiciales que hoy en día fomentan prácticas agrícolas insostenibles. La estimación es que el ahorro de incentivos nocivos podría generar hasta 500.000 millones de dólares anuales, lo que demostraría que la sostenibilidad no solo es una necesidad ética, sino también una oportunidad económica.
El evento hasta el momento ha subrayado la importancia de los sistemas agroalimentarios como un eje central de la solución a la crisis de biodiversidad. La agricultura, la ganadería y la pesca, cuando se gestionan adecuadamente, pueden ser aliados de la biodiversidad, pero también son factores de presión si no se gestionan de manera sostenible. Por ello, la Iniciativa de Apoyo a las Estrategias Nacionales de Biodiversidad y Agroalimentación (Agri-NBSAP), lanzada en la COP16 en Colombia, se presenta como una herramienta clave para ayudar a los países a integrar estos sistemas en sus planes de acción nacionales sobre biodiversidad. Esta iniciativa permitirá crear mecanismos de colaboración entre gobiernos, organismos internacionales y el sector privado para transformar los sistemas agroalimentarios hacia una producción más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
También se ha resaltado que los países en desarrollo, en particular, necesitan apoyo técnico y financiero para poder adoptar estas estrategias, ya que enfrentan desafíos significativos para cambiar sus modelos de producción y consumo. El Fondo de Biodiversidad de Kunming (KBF), que ya ha apoyado 23 propuestas de proyectos, es uno de los mecanismos disponibles para financiar estos cambios, pero es esencial que los países logren acceder a estos fondos y los utilicen de manera eficaz para transformar sus sistemas agroalimentarios y fortalecer la resiliencia de sus ecosistemas.
Además de los aspectos financieros, uno de los grandes desafíos para garantizar la protección de la biodiversidad es el involucramiento de los agricultores en las políticas de conservación. En este sentido, el Director General de la FAO, Qu Dongyu, insistió en que los agricultores deben ser parte integral de cualquier estrategia de conservación, ya que son ellos quienes, en última instancia, tienen el poder de transformar los sistemas agroalimentarios. La inclusión de los pequeños productores, que son responsables de gran parte de la producción mundial de alimentos, es esencial para que las políticas de biodiversidad sean efectivas a nivel global.
El Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia, Carlos Eduardo Carvajalino, enfatizó la urgencia de colaborar a nivel global para alinear las estrategias agrícolas y ambientales, y destacó que Colombia está comprometida en impulsar la sostenibilidad de sus sistemas agroalimentarios. Carvajalino subrayó que el país tiene la responsabilidad de liderar este debate en América Latina, alineando sus políticas agrícolas con las metas internacionales de biodiversidad y cambio climático.
Por su parte, la Secretaria Ejecutiva del CDB, Astrid Schomaker, recordó que la biodiversidad es fundamental para la seguridad alimentaria global. Servicios ecosistémicos como la polinización, la fertilidad del suelo y el control de plagas, que dependen de la biodiversidad, son esenciales para la producción de alimentos, y su pérdida tendría consecuencias devastadoras, afectando a más de 3 mil millones de personas en el mundo, especialmente a las poblaciones vulnerables. Schomaker enfatizó la necesidad de un enfoque integrado que involucre a todos los sectores, desde el agrícola hasta el financiero, para proteger la biodiversidad y garantizar la producción sostenible de alimentos.
El camino hacia la COP30 de Cambio Climático, que se celebrará en Brasil en noviembre de este año, será también una oportunidad para profundizar en la necesidad de financiación climática, especialmente en lo que respecta a los sistemas agroalimentarios. Un análisis reciente de la Iniciativa de Política Climática muestra que solo el 4% de la financiación climática mundial se destinó a los sistemas alimentarios entre 2019 y 2020, lo que resalta la urgencia de redirigir los recursos hacia una producción más sostenible que no sólo proteja la biodiversidad, sino que también contribuya a mitigar los efectos del cambio climático.
La reanudación de las negociaciones en Roma, que culminaron el 27 de febrero de 2025, representa una oportunidad única para avanzar en la implementación de soluciones audaces y transformadoras que permitan a la humanidad enfrentar los desafíos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad de manera efectiva y sostenible.
Desde CECODES esperamos que cada uno de los actores haga lo que le corresponde, con una visión holística en donde se necesita de la articulación del sector público y privado y el apoyo y acompañamiento de la academia y la sociedad civil. Desde el sector empresarial y con el avance de las conversaciones nos preparamos con conocimiento técnico y científico para pasar de la teoría a la práctica y de la acción a la ambición, encontrando la mejor manera de conservar y proteger la biodiversidad mientras realizamos buenos negocios.