En 2011, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos (UNGP), estableciendo una posición global sobre los roles de las empresas y los gobiernos para ayudar a garantizar que las empresas respeten los derechos humanos. Un entorno regulatorio en rápida evolución y un mayor escrutinio y expectativa continúan haciendo de los derechos humanos un campo en el que las empresas tienen una motivación creciente para tomar medidas significativas.